El mercado debe confiar en la certeza de un techo
La situación económica en Argentina sigue siendo un tema candente. En medio de un ambiente electoral renovado, hay muchas preguntas sobre la sostenibilidad del sistema cambiario y la acumulación de reservas.
Acumulación de reservas y el esquema de bandas
Cuando hablamos de la acumulación de reservas, surge una gran preocupación: ¿es viable seguir comprando divisas con el dólar tan cerca de su techo? Para muchos, esto puede hacer que el precio se dispare. Sin embargo, parece que el Gobierno está decidido a mantener este esquema de bandas. Muchos piensan que, si los resultados electorales fueran diferentes, quizás no lo habrían hecho de la misma manera. Pero la realidad es que el país es bimonetario, y mantener ciertos parámetros de estabilidad es clave para evitar una crisis cambiaria y, por ende, inflacionaria.
En el pasado, existió un sistema de “crawling peg”, y hoy el objetivo es generar expectativas en el mercado. No se trata solo de imponer un tipo de cambio específico, sino de asegurar que existirán dólares disponibles, algo que podría venir del Banco Central o incluso del Tesoro de Estados Unidos. Esta confianza parece estar más sólida ahora.
El cambio en el clima después de las elecciones también genera expectativas sobre la llegada de inversiones. De hecho, el director de J.P. Morgan ha mencionado la posibilidad de que puedan ingresar hasta 100.000 millones de dólares. Ya se están anunciando proyectos, como el acuerdo entre YPF y una empresa de los Emiratos Árabes para un complejo energético.
Ahora bien, si se deciden a comprar divisas en este contexto, es legítimo preguntarse sobre la sostenibilidad del esquema. Si las inversiones realmente llegan, eso podría ayudar a operar con más flexibilidad dentro de este régimen.
El esquema depende de dólares genuinos
Hay quienes sugieren actualizar las bandas de 1% a 1,5% mensual para evitar problemas. Este cambio, claro, debería evaluarse con el Fondo Monetario Internacional, quien aún sigue supervisando el marco acordado. Parece que el escenario se ha ampliado un poco y todo dependerá de si se ingresan dólares –ya sea por comercio, inversiones extranjeras o financiamiento– que permitan al Banco Central mantener el esquema de bandas.
En cuanto al tipo de cambio, este seguirá retrasado en términos reales. Con una inflación que ronda el 2% mensual y una actualización de solo 1%, la situación sigue siendo tensa. A pesar del ambiente más calmado, el dólar sigue muy cerca de su límite superior, lo que genera incertidumbre.
Sin embargo, hay que reconocer que el Gobierno parece estar confiado. Han demostrado que pueden conseguir recursos cuando es necesario para sostener políticas. Así que, si ellos dicen que mantendrán este régimen, es probable que sea cierto, especialmente después de las elecciones.
Intervenciones y el swap con EE.UU.
Sobre el swap con Estados Unidos, se habla de que podrían estar utilizando parte de esos dólares para recomponer reservas. Aunque no hay confirmación oficial, si esto es cierto, sería una señal positiva. Al menos, indica que hay recursos disponibles para fortalecer la economía.
Una preocupación que surge es si realmente se debe usar este swap. Algunos opinan que es mejor no depender de él. Sin embargo, si se utiliza estratégicamente, eso podría ayudar a completar un proceso planificado.
El camino del programa económico dependerá de varios factores y uno clave es la entrada de dólares genuinos. Las expectativas están centradas en inversiones que podrían, a su vez, mejorar la economía. Si el Gobierno logra construir alianzas en el Congreso y aprobar reformas estructurales, eso podría dar un respiro al mercado cambiario.
Victorias parciales y desafíos microeconómicos
Cuando pensamos en el voto a favor de Milei, recordemos que las victorias siempre son parciales. La gente le dio su apoyo no necesariamente por los resultados inmediatos, sino por las expectativas que despierta su programa económico. La economía necesita crecer y eso implica desinflación, estabilidad cambiaria y, sobre todo, inversiones.
El enfoque debe incluir no solo las grandes inversiones en energía y minerales, sino también en sectores como agroalimentos y la economía del conocimiento. Se espera que las inversiones potenciales puedan alcanzar cifras cercanas a 100.000 millones de dólares en los próximos años.
Sin embargo, esto no quita que las pequeñas inversiones, que dependen del acceso al crédito, sean igualmente importantes.
Mercado laboral y crecimiento económico
El mercado laboral enfrenta un gran desafío. La creación de empleo ha disminuido y la informalidad ha crecido. La pregunta aquí es si una reforma laboral podría cambiar esa tendencia. Muchas voces aseguran que ambas cosas –una reforma y el crecimiento económico– deben ir de la mano. Se necesita un círculo virtuoso que propicie la creación de empleo.
Las reformas deben ser efectivas, reduciendo conflictos y riesgos en el proceso de contratación. Sin embargo, el éxito depende también de un repunte en la tasa de inversión. Sin crecimiento, las reformas pueden no generar grandes resultados.
Adaptación y competitividad empresarial
A medida que avanzamos, el entorno político y económico está cambiando. Sin embargo, este nuevo contexto presenta un desafío para las empresas: deberán adaptarse o replantearse su modelo de negocio. Esto no solo implica lidiar con una inflación a la baja, sino también mejorar la competitividad.
La formación del capital humano es esencial. Las empresas necesitarán invertir en la capacitación de sus trabajadores, para que puedan enfrentar un entorno más competitivo y abierto. Las condiciones del mercado están cambiando y, para sobrevivir, las empresas tendrán que evolucionar.
Cuando el contexto cambia, también deben hacerlo las empresas, y todos los actores involucrados –desde las compañías hasta los gobiernos provinciales– deben estar preparados para fomentar y acompañar estas transformaciones.